·
33. 1. Hipótesis sobre su origen: b)
¿En qué consiste el cambio? De la moira a la physis 2 Pero si en el fondo todo
es lo mismo la aprehensión, el dominio, de la realidad pasa por descubrir eso
mismo. Por eso se suele decir que la filosofía surge cuando se intenta reducir
la multiplicidad (del mundo que observamos) a unidad (a ese fondo único que es
siempre lo mismo). Pero esta reducción de la multiplicidad a unidad se puede
entender de muchas maneras. Por ejemplo: el pensamiento cristiano y la ciencia
moderna consideran que al principio había algo único (algo único que para los
cristianos es Dios, y para la ciencia moderna no está todavía muy claro). Los
primeros filósofos (los llamados filósofos presocráticos) no parten, sin
embargo, de tal consideración; no consideran que «al principio de los tiempos»
hubiese una cosa de la cual van a surgir luego las demás. Consideran, por el
contrario, que, desde siempre, ha habido una multitud de cosas que surgen de un
fondo permanentemente, y permanentemente van a parar a ese fondo. Por eso
podemos decir que, para los presocráticos, la multiplicidad no se reduce nunca
del todo a unidad, ni viceversa. Y por eso podemos decir, también, que el suyo
es un pensamiento trágico (siempre hay multiplicidad, siempre hay una lucha
permanente de las cosas intentando surgir unas de las otras, unas sobre las
otras, y limitándose unas a las otras; el suyo es, por la misma razón, un
pensamiento de la limitación, de la finitud: todo lo que es es algo delimitado
frente a algo otro).
·
34. 1. Hipótesis sobre su origen: b)
¿En qué consiste el cambio? De la moira a la physis 3 La reflexión sobre la
naturaleza (physis) es una reflexión sobre lo que ésta es. La filosofía
aparece, pues, estrechamente vinculada al problema del ser. Problema del ser
que aparece de modo explícito con Parménides, pero que se halla implícito en
sus predecesores. Lo que antes era revelado por los dioses mediante signos,
oscuramente, le es desvelado, ahora, al hombre, sin intermediarios. Lo que es
revelado es la verdad (alétheia, que literalmente significa no-ocultamiento).
Como hemos visto se conserva la noción de verdad que se manejaba en la época
mítico-poética: verdad es el proceso por el que se manifiesta lo que estaba
oculto. La diferencia está en que ahora no hay intervención de los dioses, y lo
que antes era papel de los oráculos y de los poetas inspirados es ahora el
papel del sabio (= sophos, de donde surgirá posteriormente el nombre de
filósofo). El sabio es aquél a quien lo oculto (el origen que se denomina con
la palabra griega arkhé ) se le hace manifiesto. En resumen, la filosofía surge
en el momento, en que la moira es desplazada como elemento rector del mundo
griego y sustituida por la noción de physis (con todo lo que esto conlleva), y
paralelamente las decisiones caprichosas de los dioses son sustituidas por el
orden necesario inherente a la physis. La filosofía surge, entonces, como una
reflexión sobre la physis; reflexión en la que es el sabio, y no el oráculo, ni
el poeta inspirado, quien lleva la voz cantante. Y fue, precisamente, en una
colonia griega del Asia Menor, una colonia con una fuerte actividad comercial,
donde se sitúa el origen preciso de la filosofía. La tradición considera a
Tales de Mileto (a quien los antiguos griegos incluían entre los «siete
sabios») el iniciador de la filosofía.
·
35. 2. El lenguaje filosófico (a)
Ahora, sin embargo, nos encontramos con otro problema. La filosofía va naciendo
conforme nace su propio lenguaje. Al mismo tiempo que surge eso que luego se
llamará filosofía, se desarrollan toda una serie de términos lingüísticos que
le van a permitir expresarse; términos lingüísticos que, a veces, se «inventan»
para nombrar nuevas formas de «estar en el mundo», o nuevas «realidades»
descubiertas; y, más comúnmente, se toman términos usuales del lenguaje griego
de la época pero dándole un significado diferente y/o algún matiz especial. Por
eso es necesario familiarizarnos con todo ese lenguaje técnico que pone en
marcha el nacimiento de la filosofía. Pero antes de explicar el sentido que
tenían algunos conceptos que van a desempeñar un papel importante en el nacimiento
de la filosofía, debemos aclarar algunas cosas que nos pueden ayudar a meternos
en la mentalidad griega arcaica y a entender estos conceptos.
·
36. 2. El lenguaje filosófico (b)
Para empezar, en la Grecia arcaica no existe el «sentimiento de interioridad»,
no hay una separación clara entre un interior y un exterior del individuo de
tipo psicológico (todos los conceptos que denotan interioridad, así θ vµóS
(aliento, impulso, deseo), ήτορ (corazón, temple de ánimo), tienen, al mismo
tiempo, un sentido que nosotros denominaríamos psíquico, y un sentido que
nosotros denominaríamos físico. El sistema de oposiciones entre lo interior
(conciencia), y lo exterior (mundo), que para nosotros es tan claro, está muy
poco desarrollado (por no decir nada) en el mundo griego arcaico; por contra,
funciona de modo espontáneo otro sistema de oposiciones entre lo manifiesto (=
lo presente, lo que está ahí, lo perfectamente delimitado), y lo oculto (lo
olvidado, lo no presente, no determinado, el caos), al que nosotros sólo
encontramos sentido después de pararnos largamente a reflexionar sobre ello.
·
37. 3. El surgimiento de los
conceptos fundamentales (a) Logos: su sentido en griego arcaico es el de
«palabra», «expresión», «habla», «verbo»; también se usa para significar «ley»,
«norma», etc. A su vez está en relación con legein verbo que se puede traducir
por «hablar», «decir», «definir». Parece ser que un sentido aún más antiguo de
esta expresión fue el de «recoger», «reunir» (recoger, reunir, que tenía un
sentido selectivo: recoger determinado tipo de madera para una obra, etc.), y
puede que ésta fuese la razón por la que acabó designándose con esta expresión
al habla, pues al hablar seleccionamos las palabras, las reunimos bajo
determinadas condiciones. Esta expresión acabó traduciéndose al latín por
verbum y otras veces por ratio de donde viene la expresión hispana «razón».
Finalmente la razón se irá convirtiendo en razón lógicomatemática; y por ello,
en la modernidad (tras el pleno apogeo de la matematización de lo real), se
puede decir que el mundo está escrito con caracteres matemáticos. Pues bien,
podríamos decir, igualmente, que en el mundo griego arcaico la razón es
lenguaje, o sea logos (sin más restricciones), y que el mundo está escrito con
los caracteres de la lengua (y, más concretamente, con los caracteres de la
lengua griega).
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38. 3. El surgimiento de los
conceptos fundamentales (b) Alétheia: se traduce usualmente al español como
«verdad». El término alétheia es una composición a partir de «a» (que en griego
significa no, o in), y de «léthe» (que en griego significa oculto u olvidado).
Por lo que la traducción literal de alétheia debería ser «no-oculto», o
«no-olvidado». También valdría «desvelado», traducción que suena menos forzada
en nuestra lengua. En la poesía y el lenguaje oracular más antiguo alétheia
tenía un significado similar al de mnemosyné (memoria), ambas expresiones
entran en un sistema de oposiciones frente a léthe (olvido, ocultamiento). Pero
alétheia aparece, también, como lo opuesto a apaté (lo aparente), en unos
casos; como lo opuesto a pseudés (lo falso), en otros; y como lo opuesto a doxa
(opinión), en otros.
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39. 3. El surgimiento de los
conceptos fundamentales (c) Physis: se traduce al español por «naturaleza»
pero, como sucede con los otros términos fundamentales que estamos analizando,
esta traducción no nos da, por sí sola, el sentido original que tenía en la
Grecia antigua. Para empezar, los griegos arcaicos, no entendían la physis (es
decir, la naturaleza) en oposición a la técnica, ni a la vida humana en
sociedad. La expresión physis viene de la raíz indoeuropea bhu que tiene el
significado de crecer, surgir, brotar, producir, engendrar, llegar a ser.
Physis es aquello que aparece, que se presenta, y por lo tanto, en último término,
la naturaleza entera, el cosmos, el orden total del universo. Pero al concebir
la physis como algo dinámico, que surge, lleva también implícito en su sentido,
aquello de donde surge; de ahí que otro sentido de physis (que no se da
separado del primero) sea «aquello que las cosas realmente son», es decir,
frente a los cambios y a las apariencias, aquello que realmente determina a una
cosa como tal (en este sentido hablamos, hoy, de la auténtica naturaleza
humana, de la naturaleza de las matemáticas, etc.) y que, por lo tanto,
permanece a través de los cambios. A este segundo sentido de physis se le
conoce como arkhé (= principio, origen). (De aquí podemos concluir también que
la reflexión sobre la physis es una reflexión sobre el ser del mundo).
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