Hegel había sido uno de los mejores continuadores del talante ilustrado, expresión de una filosofía madura capaz de lograr una síntesis de alcance similar a la de Kant. Con Hegel se consuma la madurez teórica e ideológica del pensamiento cristiano-burgués. No es de extrañar, por tanto, que Hegel sea una de los primeros objetivos de Kant.
a) Lo real y lo racional
Una de las ideas más conocidas de Hegel es la siguiente: «Todo lo racional es real y todo lo real es racional» (Principios de la filosofía del derecho). Puede significar tres cosas: [1ª] La realidad es de naturaleza racional, es decir, que la esencia de la realidad es la razón, el pensamiento; y las diversas manifestaciones de lo real no son más que manifestaciones del espíritu humano. [2ª] Todo lo que existe en la realidad es racional, satisface las exigencias de la razón. Por tanto, [3ª] toda la realidad social y política, tal y como está estructurada, es racional -se presta a justificar cualquier orden o estado social y político-.
b) La realidad como sujeto
La realidad, lo que nos rodea, no es más que un producto del pensamiento, pues el pensar rige al ser y a la realidad. El pensamiento se considera sujeto, y la realidad objeto. Pero en este caso el sujeto es más importante que el objeto, porque todo lo que sea objeto no es más que expresión, exteriorización y manifestación del sujeto.
c) La realidad como espíritu
Toda la realidad, para Hegel, es una gran unidad o sistema, cerrada y bien diseñada, de acuerdo con las exigencias de la razón. Es una unidad o sistema racional, y sólo el todo resulta verdadero. Las partes aisladas no son más que verdades parciales, limitadas. La verdad no está en un campo limitado del saber, sino en la relación de una idea con las demás del sistema. Sólo lo inteligible, comprensible, racionalizable y expresable en ideas es real.
d) El idealismo hegeliano. Afirma, resumidamente, lo que sigue:
i) La realidad es razón, idea,
espíritu (tesis ontológica).
ii) La idea o espíritu determina
y origina las diversas formas de realidad (tesis epistemológica). Las
ideas son el sujeto que originan los diferentes objetos de la naturaleza.
iii) La realidad es un sistema
racional. Lo verdadero es el absoluto, y el absoluto es idea o espíritu.
Y sus consecuencias:
1) Respecto a la naturaleza
humana, el hombre consiste fundamentalmente en razón: es una forma de espíritu o autoconciencia.
2) Respecto a la historia,
está dirigida por el espíritu,
que es el sujeto de la historia, y consiste
en el desarrollo progresivo de la libertad -pero una libertad imaginaria de sujetos
imaginarios-. El Estado es
la mejor realización de la libertad, la plasmación empírica e histórica de
las ideas.
3) Respecto a la filosofía del
Derecho, significa que el orden
social y político, la estructuración social y política que se da en el
Estado, es plenamente racional:
el orden político de su tiempo coincide
con los principios de justicia y racionalidad que la razón impone. Hace posible, según Hegel, la realización del hombre.
Pero Marx señala que la
existencia del proletariado contradice la supuesta racionalidad de lo social y
lo político. El proletariado no está destinado a realizar las capacidades y
aptitudes humanas, sino a todo lo contrario: la
realidad de la razón, del derecho y de la libertad se convierte entonces en la
realidad de la falsedad, la injusticia y la esclavitud.
4) En relación con la filosofía y
la cultura, Marx critica con dureza su carácter puramente teórico y
especulativo. La filosofía se ha limitado a reproducir, en el orden del
pensamiento, algunos aspectos de la realidad. Según Hegel, «la filosofía
llega siempre demasiado tarde: aparece sólo cuando la realidad ha cumplido
y terminado su proceso de formación». El saber y la filosofía se convierten así
en otra forma de ideología,
instrumentos en manos de quienes tienen el poder social. El marxismo propondrá que la
filosofía y la cultura son ante todo acción, praxis.
e) La ambigüedad de la filosofía hegelianaHegel da pie a interpretaciones de talante muy conservador, pero también puede ser entendido como una invitación a la revolución y la transformación de la realidad. Cuando afirma que «todo lo real es racional», no intenta decir que lo que vemos ahora es racional -cosa que tiene muy poco de verdad-, sino que cualquier elemento de la realidad que no responda a las exigencias de la razón y no quede justificada ante ella, ha de ser cambiado y transformado hasta que sea verdaderamente racional.Asoma aquí el lado revolucionario de su filosofía: el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados, sino como un conjunto de procesos en oposición: la dialéctica de la naturaleza y del saber.
La ambigüedad hegeliana facilitó que tanto izquierdas como derechas intentaran «apropiarse» de Hegel. Pero Marx siempre mantuvo y potenció los aspectos revolucionarios de la filosofía hegeliana: «Lo grandioso de la fenomenología hegeliana...: la dialéctica de la negatividad como principio motor y generador».
2. La crítica de Marx al materialismo de Feuerbach
Frente a toda
interpretación idealista de la realidad, como la hegeliana, el marxismo es una
teoría materialista de la realidad. Para el materialismo, «lo único real es la naturaleza:
la naturaleza existe independientemente de toda filosofía; es la base sobre la
que crecieron y se desarrollaron los hombres, que son también, de suyo,
productos naturales; fuera de la naturaleza y de los hombres no existe nada, y
los seres superiores que nuestra imaginación religiosa ha forjado no son más
que otros tantos reflejos fantásticos de nuestro propio ser» (Engels).
El pensamiento marxista,
nutriéndose de toda la obra de creación humana que le antecedió, sitúa al hombre no
sólo como centro de sus preocupaciones filosóficas, sino que propone las vías
para lograr una verdadera existencia humana, y en ese sentido proyecta la
formación de un hombre
nuevo, un individuo superior,
plenamente emancipado y desarrollado multifacéticamente en todos sus aspectos,
es decir, perfeccionado espiritual, moral,
físico y estéticamente.
El humanismo marxista
no se basa en una concepción general abstracta del hombre, sino en una visión
histórica y social, es decir concreta de lo humano; donde el
hombre es,
a la vez que creador, resultado de la sociedad en
que vive.
Para Marx el
hombre es ante todo el conjunto de sus relaciones sociales "... la esencia
humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el
conjunto de sus relaciones sociales". Relaciones que no son puramente
espirituales, entre conciencias, sino la unidad de lo espiritual y lo material,
relaciones establecidas a través de la interaccióndel
hombre con la naturaleza en
el proceso de producción y reproducción de
su vida material y espiritual.
Por
medio del trabajo el
hombre transforma la naturaleza y crea objetos. El producto es
obra humana, proyección u objetivación del hombre. Por medio del trabajo el
hombre pone la naturaleza a su servicio,
la humaniza, pero, al mismo tiempo el
hombre se eleva sobre ella, se remonta sobre su ser natural; en una palabra, se
humaniza a sí mismo. Si el
trabajo es
de este modo, la autoexpresión del hombre y el proceso de su autodesarrollo,
debería ser pues, fuente de satisfacción para éste, pero pierde esta
posibilidad en el proceso de su enajenación,
en la conversión del trabajador en mercancía, efecto de la división social del
trabajo, que en las condiciones de la propiedad privada,
lo reduce a una fracción de hombre.
Marx
analiza la relación existente entre propiedad privada y trabajo enajenado. El
trabajo enajenado se vincula con la naturaleza esencial de la propiedad privada
y con su desarrollo,
por lo que la liquidación de la propiedad privada en un estadio dado del
desarrollo social- a través de la revolución social
del proletariado- implica simultáneamente la eliminación del trabajo enajenado.
Ya Hegel,
en la Fenomenología del
Espíritu, había tratado el problema de la enajenación, visto como un
recurso de negación dialéctica que permite un autoconocimiento del Espíritu
Absoluto, en tanto desaparece la relación sujeto-objeto, para nivelarse en la
relación sujeto-sujeto. Para Marx, la enajenación es el concepto que
permite explicar aquellas relaciones que conducen a una forma de trabajo en la
cual queda anulada la libre actividad humana, sustituyendo la función social
del trabajo, orientada hacia el establecimiento de vínculos humanos entre los
hombres, por la cosificación de esas relaciones.
El
hombre se afirma como ser humano cuando realiza la actividad de forma libre,
capaz de proporcionar placer y no una actividad forzada. En el capitalismo,
donde la actividad humana se realiza en los marcos de la propiedad privada, la
explotación del trabajo asalariado se convierte en un medio de obtención de
riquezas. Las relaciones entre los hombres pierde sucarácter esencialmente
humano y se potencian las necesidades no satisfechas y la descomposición de los
valores espirituales.
En
el devenir histórico, la propiedad privada limitó el proceso natural de
desarrollo del individuo, quedando frustradas las posibilidades de revelar
libremente sus capacidades creativas, y el propio proceso del trabajo, dejó de
ser un elemento de reafirmación del hombre en la sociedad. Es por ello que en
la sociedad burguesa el hombre se ve impedido de desarrollar plenamente sus
potencialidades humanas.
Un
elemento importante de las reflexiones de Marx, lo constituye la idea acerca de
la necesidad de superar la propiedad privada como causante de la
deshumanización. Feuerbach consideraba la exteriorización de la esencia humana
únicamente como alienación, Marx ve en ella la forma en que se concretan las
fuerzas creadoras del hombre, fuerzas que se alienan sólo en condiciones
determinadas y por tanto de forma transitoria.
Mientras
que Feuerbach no toma en cuenta la práctica transformadora del hombre, Marx
define al hombre no sólo en su aspecto genérico, sino esencialmente en su
determinación social, como resultado del medio y como fuerza esencial
de su transformación. Asume de Feuerbach, la idea de que la alienación
constituía la característica de la sociedad deshumanizada, y que la supresión
de ella resultaba una condición necesaria para devolver al hombre sus
condiciones de ser humano, superándolo al sustentar el criterio de que la
transformación de la sociedad exige la supresión del trabajo alienado y esto se
logra con la revolución del proletariado, con el cambio del
carácter de las relaciones de propiedad. En Marx se presenta la definición de
la actividad, como modo específicamente humano de relación entre los hombres, y
de éstos con la naturaleza, en el curso de la cual se forma el hombre y se
transforma el mundo.
El
hombre creador es analizado por Marx no como un ente abstracto, aislado y dotado
de propiedades innatas, sino como individuo concreto,
que encuentra la medida y el grado de realización de su esencia en el carácter
del régimen socioeconómico en que vive y se desenvuelve.
En
la sociedad en que está establecida la división del trabajo (basada en la
propiedad privada), "las actividades espirituales y materiales,
el disfrute y el trabajo, la reproducción y el consumo,
se asigna a diferentes individuos, y la posibilidad de que no caigan en
contradicción reside solamente en que vuelva a abandonarse la división del
trabajo" ; por lo que ello genera distribución desigual
del trabajo y de sus productos;
o lo que es lo mismo la propiedad, "... división del trabajo y propiedad
privada -escribió Marx- son términos idénticos: uno de ellos dice, referido a
la actividad, lo mismo que el otro, referido al producto de ésta". Marx
hace este planteamiento en el sentido de que la división del trabajo es la que
sirve de base a la división de la sociedad en clases. Quiere decir, que la base
material de la producción mercantil es la división social del trabajo, pero no
su causa, puesto que la causa de la producción mercantil es la propiedad
privada sobre los medios de
producción, en tanto aislamiento de los productores.
De
esta forma, la división social del trabajo provoca que cada hombre cree con su
trabajo, sólo un fragmento de la cultura humana,
el resto de la riqueza de la humanidad se mantiene para él como algo ajeno,
situado fuera de él y que se le contrapone como una fuerza ajena. Lo que
significa que la enajenación del hombre aumenta en la medida que aumentan las
riquezas que él mismo produce y reproduce con su trabajo, que crea fuera de sí
y contra sí.
La
división social del trabajo y el nivel de desarrollo logrado por las fuerzas
productivas, a la vez está enlazada estrechamente con el carácter del régimen
social y es un indicador de las relaciones sociales en cuyo ámbito se realiza
el trabajo. Bajo el capitalismo, la división del trabajo se desarrolla de modo
espontáneo, las industrias y
producciones se desenvuelven de manera desigual y no dejan de surgir desproporciones
entre ellas. El ahondamiento de la división del trabajo imprime al proceso de
producción un carácter cada vez más social, mientras que la apropiación de los
resultados del trabajo sigue siendo cada vez más privada. Sólo al cambiar el
carácter de esa división se crean las condiciones para el completo desarrollo
del hombre.
Al
analizar el planteamiento de Marx y Engels acerca de la eliminación de la
división social del trabajo, aspecto que tratan en varias de sus obras,
entendemos que el mismo está encaminado no a la eliminación de la división del
trabajo, sino al carácter enajenante que le imprime a ésta la existencia de la
propiedad privada sobre los medios de producción. Es necesario analizar la
división social del trabajo como dos lados de un mismo proceso: por un lado el
desarrollo de las fuerzas productivas, su desarrollo, genera el aislamiento de
los productores, condicionada por la existencia de la propiedad privada, por el
otro, genera un mayor nivel de especialización de los productores, lo que hace
que cada vez más, para producir un producto se necesite del trabajo de un mayor
número de productores. De todos modos en el comunismo el
individuo tendrá que atender una parte del trabajo productivo, pero el empleo de
forma social y planificada de los medios de producción y el desarrollo de la
ciencia y
la técnica, brindarán la posibilidad de desarrollar todas sus capacidades.
Quiere decir que lo que cambia es el carácter enajenador de la división del
trabajo.
La
sociedad se adueña de todos los medios de producción y los emplea de forma
social y planificada, de esta forma acaba con el sojuzgamiento a que se ha
visto sometido el hombre bajo el dominio de
sus propios medios de producción, y como condición, debe desaparecer la vieja
división del trabajo. Al respecto Engels plantea:
Su
lugar debe ocuparlo una organización de
la producción en que, de un lado, ningún individuo pueda desatenderse de su
parte de trabajo productivo, que es condición natural de toda existencia
humana, cargándola sobre otros y en la que, de otra parte, el trabajo
productivo se convierta, de medio de esclavización, en medio de emancipación
del hombre, que brinde a todo individuo la posibilidad de desarrollar y
ejercitar en todos los
sentidos todas
sus capacidades, tanto físicas como espirituales, y se transforme de una carga
en un goce.
El
despliegue de las potencialidades humanas está dado en el contenido social de
toda la realidad, en la realidad humanizada que debe ofrecer la sociedad
futura. La socialización de
la propiedad sobre los medios de producción aparece así como condición
indispensable para el progreso de la humanización del hombre, y, por tanto,
para el despliegue de todo su ser social.
La
socialización de la propiedad sobre los medios de producción, es ante todo la
socialización de la actividad, la socialización del trabajo, la planificación y dirección consciente
de las fuerzas productivas; "sustituir al individuo parcial, simple
instrumento de una función social de detalle, por el individuo desarrollado en
su totalidad, para quien las diversas funcionessociales
no son más que otras tantas manifestaciones de actividad que se turnan y
revelan". Lo que equivale a decir que debe crearse una generación de
productores dueños de sus condiciones de producción y reproducción, formados y
capacitados universalmente, que conozcan las bases científicas de toda la
producción industrial y cada uno de los cuales haya aprendido prácticamente
toda una serie de ramas de la producción desde el principio hasta el fin.
Para
Lenin la expropiación capitalista permitirá un gigantesco desarrollo de las
fuerzas productivas y con ello la eliminación de la vieja división del trabajo.
Lo que no se puede precisar es qué tiempo se empleará para lograr ese
desarrollo, ni "la rapidez con que se llegará a romper con la división del
trabajo, a suprimir el contraste entre el trabajo intelectual ymanual,
a convertir el trabajo 'en la primera necesidad vital' ."
La
transformación de las fuerzas personales en materiales provocada por la
división del trabajo no puede eliminarse, quitándose de la cabeza la idea
acerca de ella, sino logrando que los hombres sometan bajo su mando estos
poderes materiales y supriman la vieja división del trabajo.
El
carácter esencialmente humano de la sociedad futura estará dado en las
posibilidades que tendrá el hombre de desplegar todo su potencial humano,
hacerse verdaderamente un hombre rico, un individuo cuya vida abrace una esfera
de variadas actividades de relaciones prácticas con el mundo, que lleve una
vida multilateral, que su pensamiento tenga el mismo carácter de universalidad
que cualquier otra manifestación de vida de este individuo.
Es
decir, para los clásicos del marxismo,
la sociedad comunista liquidará la vieja división del trabajo sustituyéndola
por una distribución racional de los diversos tipos de actividad, una
distribución entre individuos, rica y multilateralmente desarrollada.
El
filósofo de la otrora URSS, E.V.Ilienkov, en su obra De ídolos e ideales, al
referirse a esta problemática, considera que un modelo de comunidad organizada
al modo comunista, se puede construir sólo de individuos multilateralmente
desarrollados, un modelo de organización donde el único objetivo de
la actividad humana es aquí el propio hombre, y todo lo demás sin exclusión, se
convierte en medio que por sí mismo no tiene significación alguna. Es por ello
que el comunismo es la única doctrina que contempla la completa liquidación de
la enajenación, manteniéndose como ideal a alcanzar.
El
descubrimiento de las leyes del
desarrollo social y la consolidación de una teoría filosófica
científica, le permitieron a Marx afirmar que el hombre es un ser que realizará
su esencia humana en la medida y el grado en que lo permita el carácter del sistema social
en que vive, por ello plantea la necesidad de superar la sociedad capitalista
como causante de la deshumanización moderna, y crear una sociedad que propicie
la plena realización del hombre.
De
todo este análisis se
infiere que para Marx, el hombre nuevo es el individuo que corresponde a la
sociedad comunista, sociedad que permitirá el libre desarrollo pleno y armónico
del hombre, un productor capacitado universalmente, conocedor de las bases
científicas de la producción, y con un pensamiento universal que le permita la
plena satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, con un alto
desarrollo ideopolítico, estético y moral.
El
triunfo de la Revolución Socialista de Octubre transformó en realidad las ideas
liberadoras de Marx, Engels y Lenin, multiplicándose en todo el mundo la
doctrina emancipadora de los clásicos del marxismo, no solamente en Europa sino
también en América Latina.
En el caso de Europa, se destacó sobremanera el filósofo y luchador italiano Antonio
Gramsci, quien fundó en su vida y obra la más
estricta fidelidad al espíritu creador del marxismo. Este reconocido marxista,
puso en el centro de su análisis la cuestión de la cultura espiritual y el
papel de la intelectualidad en el proceso revolucionario.
Antonio
Gramsci, al igual que Marx, considera que el hombre es el conjunto de sus
relaciones sociales; el hombre activo que modifica el ambiente,
entendiendo por ambiente el conjunto de las relaciones en las que interviene
cada individuo. Por tanto, si la individualidad propia es el conjunto de las
relaciones sociales, hacerse una personalidad significa
adquirirconciencia de
tales relaciones, de ahí que planteara que "... la actividad
revolucionaria que crea al "hombre nuevo", […] crea nuevas relaciones
sociales".
Para
Gramsci, en el período de la creación revolucionaria y de la fundación de la
nueva sociedad, la resistencia y
el sacrificio no tienen límites,
y el hombre nuevo tendrá que luchar constantemente con el "burgués"
al acecho. Utiliza el término hombre nuevo para referirse al hombre que se
forma en la actividad práctica, al hombre que se va cambiando en tanto cambian
las circunstancias. Como veremos más adelante las coincidencias del Che con
estas visiones filosóficas de Gramsci son significativas.
Para
Gramsci, en el Partido Comunista como organización que agrupa la vanguardia,
puede encontrarse el germen de libertad que
tendrá su desarrollo y expansión plena una vez que el
Estado obrero
haya organizado las condiciones materiales necesarias.
La
obra de este autor se difunde en América Latina a partir de los años 50, y por
los puntos de coincidencia que encontramos en la concepción guevariana con la
de este autor, pudiera afirmarse que su obra fue conocida por el Che, pues es
bien conocido que en éste se da lo que Aricó dijo de Gramsci: "Ante todo y
por sobre todo fue un político práctico". Ambos planteaban la necesidad de
transformar al hombre en la misma medida que se transforma la sociedad que
construye el socialismo,
donde el hombre adquiere nuevos valores en
la actividad práctica, "el socialismo no se impone con un fiat mágico: el
socialismo es un desarrollo, una evolución de
momentos sociales cada vez más ricos en valores colectivos"
Como
ya hemos señalado, al igual que para todo el mundo, para América Latina, la
Revolución de Octubre también constituyó un extraordinario hecho histórico. Al
influjo de este acontecimiento, toma auge la difusión del marxismo-leninismo
aún cuando desde antes, esas ideas habían entrado en la región, divulgándose a
través de diferentes vías, aunque muchas veces en formas tergiversadas.
En
el caso de Cuba,
varios intelectuales revolucionarios
no solo colocaron al hombre en el centro de sus concepciones e ideales, como
fue el caso de Julio Antonio Mella, sino que intentaron crear las condiciones
objetivas y subjetivas para su logro. En el resto de Latinoamérica encontramos
también dignos ejemplos de pensadores marxistas de una amplia y profunda
concepción humanista como fue el caso del peruano José Carlos Mariátegui, del
argentino Aníbal Ponce, el también argentino Carlos Astrada y el mexicano Vicente
Lombardo Toledano, por solo mencionar algunos de los más destacados.
José
Carlos Mariátegui analiza la realidad de América Latina desde un enfoque
dialéctico, considerando la correlación sociedad-individuo a partir de las
particularidades de la región, por ello señala: "no queremos que el
socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que
dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propiolenguaje,
al socialismo indoamericano. He aquí una visión digna de una generación
nueva," se trata de pensar con ideas propias, de buscar soluciones a
los problemas devenido
de nuestra realidad, tarea que debe enfrentar un hombre que piense diferente,
pero sin menospreciar los valores morales creados por las sociedades que
le antecedieron, hace un análisis objetivo de los problemas socio-culturales y
clasistas de la realidad latinoamericana. Es la línea que sigue al analizar la
realidad peruana, según su opinión, "El socialismo nos ha enseñado a
plantear el problema indígena en nuevos términos. Hemos dejado de considerarlo
abstractamente como problema étnico o moral para reconocerlo concretamente como
problema social, económico y político y entonces lo hemos sentido, por primera
vez esclarecido y demarcado". Ello le permite proponer soluciones a los
problemas del momento y trazar la estrategia de
la lucha latinoamericana, ve el socialismo como porvenir de América, y a las
nuevas generaciones como sus protagonistas, quienes deben crear y realizarse en
el trabajo; por eso expresó: "El destino de un hombre es la creación. Y el
trabajo es creación, vale decir liberación. El hombre se realiza en su
trabajo". Es decir que para este pensador, el trabajo es la vía hacia la
realización humana, por lo que se debían crear las condiciones que hicieran
posible que el individuo se viera realizado en su obra.
Para
Anibal Ponce, la existencia de la propiedad privada sobre los medios de
producción, hace que la máquina triture al obrero y lo degrade. En el
comunismo, en cambio, la máquina liberará al obrero con la reducción de la
jornada laboral y
el bienestar creciente, le dará posibilidad de asomarse al mundo de la cultura.
Al respecto planteó:
[...]
La máquina, que es por esencia liberadora, acentúa bajo el capitalismo la
estrechez de las especialidades con el "idiotismo profesional" que en
poco tiempo crean [...] ¿Cómo devolver al individuo mutilado por la
especialidad, su desarrollo completo, su sed de totalidad? Por la conquista del poder político
que será el resultado de la victoria proletaria.
Para
este pensador, la eliminación de la división social del trabajo, es el fundamento
de la formación de la personalidad de nuevo tipo, que junto a la educación,
que es la encargada de combinar la teoría con la práctica, asegurarían el
desarrollo universal de las capacidades humanas. Sostenía que "El
socialismo, aunque digan lo contrario sus enemigos, aspira a realizar la
plenitud del hombre, es decir a liberar al hombre de la opresión de las clases
para que recupere con la totalidad de sus fuerzas, la totalidad de su yo [...]".
De
aquí que para Ponce, el término hombre nuevo, esté referido al hombre de
desarrollo integral, para quien las diversas funciones sociales no serían más
que maneras diferentes y sucesivas de su actividad; hombres que pueden formarse
en determinado momento del desarrollo histórico. La formación del hombre nuevo,
se fundamenta en dos premisas: en la conquista del poder político por el
proletariado y en la eliminación de la división social del trabajo, así como en
la posibilidad que tendrán los hombres de dominar la cultura.
Otro
argentino, Carlos Astrada quien fuera en sus inicios seguidor del existencialismo (corriente
ético-filosófica que ganó muchos adeptos en América
Latina); se separa de éste al comprender la
incapacidad de dicha filosofía para
resolver los problemas del hombre, desembocando finalmente en el marxismo.
Astrada,
siguiendo la concepción marxista, ve en el proletariado la clase emancipadora,
que al cumplir su misión histórica
de superarse a sí misma como clase, debe abolir la sociedad clasista,
provocando el advenimiento del hombre humano, rotas las ataduras de la
enajenación, mediante el salto al "reino de la libertad". Partiendo
de Marx, ve al comunismo como positiva superación de la propiedad privada, como
condición necesaria del retorno del hombre a sí mismo como ser social, donde
puede llegar a ser un "hombre total", es decir, devenir
universalmente humano. "Ahora -señala Astrada- se encamina a una nueva
realización de su ser, a una nueva imagen suya.
Aspira a realizarse y concebirse en todas sus posibilidades inmanentes, a
integrarse en sus potencias, reencontrarse, en fin, a sí mismo en una plenaria
concreción de su humanidad esencial". Astrada
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