2)
Teoría de las definiciones. En los Tópicos, Aristóteles incluye su doctrina de
las cinco formas como un predicado puede relacionarse con el sujeto, de las que
dos son "convertibles", la definición o esencia y la propiedad; una
no es "convertible", el accidente; y las otras dos son el género y la
especie. Lo mismo que Platón, Aristóteles pensaba que la más importante función
del filósofo era la búsqueda de las definiciones correctas de las cosas, o sean
conceptos o universales. Esto requería, en primer lugar, la determinación de su
género y de su especie, porque de ellos dependen las cualidades o atributos
necesarios y suficientes para que algo sea una cosa del tipo o clase a la que
pertenece, o sea que de ellos depende su esencia. Este aspecto de la filosofía
de Aristóteles es tan importante que algunos autores (como Popper) lo
caracterizan comoesencialismo, debido
a que cuando conocemos la esencia de algo podemos deducir, a partir de ella,
sus propiedades específicas. Según Aristóteles, una propiedad real de un objeto
es algo que no revela su esencia pero que pertenece exclusivamente a ella y es
convertible con ella; por ejemplo, Aristóteles dice que una propiedad del
hombre es ser capaz de aprender gramática, porque si un ser vivo es un hombre,
es capaz de aprender gramática, y si un organismo vivo es capaz de aprender
gramática, es un hombre.
El esencialismo es interesante porque sugiere ya una posible
estructura del método científico aristotélico: basta establecer la esencia de
los fenómenos que nos interesan y a partir de ella deducir sus propiedades, tal
como se hace en geometría, en donde funciona muy bien. Por ejemplo, si
definimos al círculo como una figura plana (éste sería su género) en donde
todos los puntos de la figura son equidistantes a un punto fijo (ésta sería su
especie), tal propiedad sería automáticarnente su esencia, que al mismo tiempo
es convertible con el objeto, o sea el círculo. Pero el propio Aristóteles vio
que este sistema no era satisfactorio en vista de que existen otros atributos
de las cosas, los llamados accidentes, que no pueden derivarse de su esencia;
por ejemplo, aunque la esencia del hombre es que es un animal racional (la
definición es del propio Aristóteles) de ahí no puede derivarse si es alto,
chaparro, flaco, gordo, bueno, malo, etc. De hecho, el descubrimiento de la
esencia de las cosas no puede ser un proceso puramente lógico y mental, sino
que requiere tomarlas en cuenta, examinarlas y sujetarse a los resultados del
examen. En sus propias palabras:
Debemos
dirigir nuestra investigación a la búsqueda de un grupo de cosas que sean
semejantes en el sentido de ser específicamente indiferentes, y preguntarnos
qué es lo que tienen en común; después debemos hacer lo mismo con otro grupo
dentro del mismo género y perteneciente a la misma especie dentro del grupo,
pero a otra especie distinta de la del primer conjunto. Una vez que hayamos
descubierto para este segundo grupo qué es lo que sus miembros tienen en
común, y de manera semejante en varios otros grupos, debemos considerar de
nuevo si las características comunes que hemos establecido tienen algún
aspecto que es propio de todas las cosas examinadas, hasta que alcancemos una
sola expresión. Esta será la definición requerida.
|
Ésta es
una de las primeras formulaciones de la inducción, o sea de la operación lógica
que va de lo particular a lo general, que representa un salto hacia adelante en
el conocimiento, un enriquecimiento repentino de la información derivada del
examen de instancias particulares, un verdadero descubrimiento. Aristóteles
está postulando varias cosas al mismo tiempo, está resolviendo a su manera una
serie de problemas que volverán a aparecer en la historia del pensamiento
humano una y otra vez, y que todavía hoy están con nosotros: en primer lugar,
señala la participación importante de las percepciones sensoriales en la
recolección de datos; en segundo lugar, supone que la mente tiene la capacidad
de reconocer y aislar semejanzas entre objetos diferentes; en tercer lugar, que
por medio de tales semejanzas se pueden construir clases distintas, como géneros
y especies. Pero sobre todo, Aristóteles está proponiendo el método científico
inductivo-deductivo.
3) El
método inductivo-deductivo. Aristóteles ilustra este método
por medio del análisis de un eclipse lunar: el científico primero observa el oscurecimiento
progresivo de la superficie lunar, y a partir de ésta y otras observaciones
induce varios principios generales, que son que la luz viaja en línea recta,
que los cuerpos opacos producen sombra, y que cierta situación de dos cuerpos
opacos cerca de un objeto luminoso resulta en que la sombra de uno de ellos se
proyecta en el otro. De estos principios generales, y del hecho de que la
Tierra y la Luna son cuerpos opacos, se deduce el mecanismo de producción del
eclipse; en otras palabras, ha progresado del hecho de que la Luna se ha
oscurecido a la comprensión del fenómeno.
De acuerdo con Aristóteles, los objetos individuales resultan de
la unión de dos componentes: materia y forma. La materia les confiere
especificidad individual mientras que la forma los hace miembros de una clase
de objetos similares. Las generalizaciones acerca de la forma son las que se
realizan por inducción, a partir de experiencias sensoriales. Aristóteles
describe dos tipos de inducción, por enumeración simple y por intuición: la
primera es aquella en la que una serie de proposiciones sobre objetos o eventos
se toma como base para una generalización acerca de la especie de que son
miembros, razón por la cual las premisas y la conclusión contienen los mismos
términos descriptivos. Un ejemplo muy conocido es:
El
cuervo 1 es negro
|
El
cuervo 2 es negro
|
El
cuervo 3 es negro
|
|
Todos
los cuervos son negros
|
En
cambio, la inducción intuitiva consiste en la apreciación directa, muchas veces
repentina, de lo que es esencial en un conjunto de datos sensoriales; el
ejemplo que da Aristóteles es el de un observador que en varias ocasiones nota
que el lado brillante de la Luna es el que mira hacia el Sol y de pronto se da
cuenta de que la Luna brilla porquerefleja
la luz del Sol. Aristóteles señala que este tipo de intuición sólo se
desarrolla después de una experiencia extensa, que los observadores
experimentados ven con mayor penetración, o son capaces de percibir más, en uno
o un grupo de objetos o fenómenos, que los que apenas se inician en esas
tareas.
A pesar de la importancia (tanto positiva como negativa) que la
inducción iba a adquirir en la evolución histórica del concepto del método
científico, Aristóteles sólo la menciona para resolver el problema planteado
por su interés en la posesión de la esencia de las cosas: en realidad, la
inducción es un producto colateral y no muy importante del esencialismo
aristotélico, y sirve para llegar a la posición en la que el científico está
listo para generar nuevos conocimientos. En efecto, es cuando las
generalizaciones alcanzadas por medio de la inducción se usan como premisas
para la explicación de las observaciones iniciales, cuando realmente avanza el
conocimiento. El proceso lógico responsable de este portento es la deducción, la operación mental inversa de la
inducción, o sea donde se va de lo general a lo particular. Aristóteles
insistió en que sólo existe una forma general válida de deducción en
la ciencia cuando la conclusión es que una clase de objetos o sucesos se
incluye en otra, o se excluye de otra, ambas total o parcialmente. En forma
semiesquemática, si A y B representan las dos clases
mencionadas, las únicas deducciones válidas entre ellas son las siguientes
cuatro:
Deducción
|
Relación
|
Todos
los A son B
|
A totalmente incluido enB
|
Ningún A es B
|
A totalmente excluido deB
|
Algunos A son B
|
A parcialmente incluido en B
|
Algunos A no sonB
|
A parcialmente excluido de B
|
Sin embargo, la deducción más importante de estas cuatro es la
primera, en vista de que la esencia de ciertas clases tiene relaciones
especiales con la de otras clases, lo que se traduce en deducciones del tipo
"Todos los A son B". Por esto mismo, el
prototipo de la deducción científica es el silogismo Barbara, que en forma esquemática corresponde a
Todos
los A son B
|
Todos
los C son A
|
|
Todos
los C son B
|
Aristóteles
señaló cuatro requerimientos empíricos (o sea, no lógicos) a las premisas de
cualquiera deducción con pretensiones de calificar como explicación científica.
Primero, que deberían ser ciertas; segundo, que deberían ser indemostrables;
tercero, que deberían ser mejor conocidas que la conclusión; y cuarto, que
deberían ser causas de los atributos mencionados en la conclusión. Lo que
primero llama la atención de estos requerimientos es que las premisas deban ser
indemostrables, pues parece contradictorio con el papel previamente aceptado de
la inducción como un mecanismo para alcanzar generalizaciones. Pero lo que
preocupaba a Aristóteles (según sus comentaristas) era que la única forma de evitar
regresiones infinitas en las explicaciones científicas era postular la
existencia de algunos principios indemostrables en cada una
de las ciencias; por lo tanto, no todo el conocimiento acumulado en cada
ciencia es demostrable. Aristóteles especificó que esta propiedad la exhibían
las leyes científicas más generales, así como las definiciones de los
significados de los atributos propios de cada ciencia. Pero este requerimiento
de indemostrabilidad de las premisas de las deducciones científicas no es el
que llama más la atención de los cuatro mencionados, sino el de su relación
causal con los atributos de la conclusión. Aristóteles reconoció que entre las
premisas y la conclusión se podían dar dos tipos de correlaciones, causales y
accidentales; para distinguirlas, propuso que en las correlaciones causales el
atributo ocurre en todos y cada uno de los miembros de la clase incluida en la
conclusión, se trata de una propiedad específica y no de un efecto colateral de
otros atributos, y pertenece a la esencia del sujeto. Éste es uno de los varios
talones de Aquiles del esquema científico aristotélico, especialmente porque no
se especifican las características propias de la esencia. Aristóteles apuntó que
"animal" es un predicado esencial de "hombre", pero
desgraciadamente agregó "musical" como ejemplo de un predicado no
esencial; de mayor trascendencia, una cosa es dar ejemplos de predicados
esenciales y accidentales (que fue lo que hizo) y otra es estipular los
criterios generales y específicos para hacer tales distinciones (que fue lo que
no hizo).
4)
Teoría de la causalidad. Debido a la enorme influencia que tuvo (y todavía tiene) en los
diferentes conceptos del método científico a través de la historia, conviene
resumir muy brevemente las ideas aristotélicas sobre la causalidad. Lo primero
que debe mencionarse es que Aristóteles tenía una noción de causa más amplia y
generosa que la contemporánea; en nuestro tiempo, la causa es algo (cosa o
proceso) que hace que otro algo (también cosa o proceso) ocurra, mientras que
para Aristóteles ésta era solamente parte de una historia mucho más compleja y
elaborada para explicar la existencia o la naturaleza de cualquier cosa, era
indispensable especificar cuatro tipos diferentes de causas:
materiales, eficientes, formales y finales. Las causas materiales y eficientes
son obvias, sobre todo cuando se sigue el ejemplo aristotélico de una estatua
(material = mármol; eficiente = la idea de la estatua en la mente del artista),
mientras que las causas formales y finales son menos aparentes y requieren
cierta clarificación. Las causas formales se refieren a la esencia de los
objetos, a su forma (impuesta en la hylé o sustrato esencial de las cosas), o a
la unión misma entre la hylé y su forma sobrepuesta, que no era
necesariamente una morfología específica sino que podía ser también una
temperatura, un color o una textura diferentes. Las causas finales son algo
aparte, que todos nosotros conocemos muy bien pero que formalmente tratamos de
evitar. Aristóteles las caracterizó como la actualización de propiedades
potenciales, lo que hoy nadie podría rechazar en principio, especialmente si
aceptamos que todos los organismos biológicos contenemos un programa que define
y delimita, en términos genéricos y quizá no importantes a nivel individual,
pero definitivos entre poblaciones distintas, no sólo lo que somos sino también
todo lo que podemos llegar a ser. Aristóteles pensaba que las cosas ocurren en
parte porque la causa final (el telos)
así lo proyecta y lo exige, o sea que el futuro (que de alguna manera ya
existe, no sólo hoy sino desde siempre) determina el pasado y el presente. Ésta
es la premisa fundamental de la teleología, una forma de
"explicación" de la existencia y desarrollo de los fenómenos
naturales que tuvo gran popularidad entre los comentaristas medievales de
Aristóteles, entre los opositores de la "nueva ciencia" en el
Renacimiento, entre los partidarios de la Natur-Philosophie, en el siglo XIX y que desde siempre ha sido una de las
piedras de toque de los animistas o vitalistas, así como uno de los enemigos
que han tratado de derrotar los deterministas o mecanicistas. Con la primera
mención de esta contienda, mucho más ideológica y emocional que objetiva y
racional, y que volveremos a encontrar varias veces en estas páginas, conviene
terminar nuestro examen de algunas de las ideas más relevantes al método
científico de los sistemas filosóficos de Platón y Aristóteles, también
conocidos como antiguos. Espero que en el resto de este volumen quede claro que
lo antiguo no es sinónimo ni de primitivo ni de equivocado. Como veremos,
Platón y Aristóteles se hicieron (en el lenguaje y con los intereses de su
tiempo) muchas de las preguntas más importantes que todavía hoy nos planteamos,
basados en poquísima información objetiva sobre el mundo real, sus respuestas
fueron magníficas en su generalidad y todavía hoy, 25 siglos después de haber
sido propuestas, se siguen discutiendo y, como resultado natural de ese debate
continuo, siguen siendo aceptadas por unos y discutidas por otros.
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