Encontramos, pues, en un principio a los griegos divididos en
pequeñas agrupaciones, habitando la Grecia europea y las islas vecinas (mapa de Grecia y
las costas egeas) y razas muy semejantes a ellos en la costa occidental del Asia
Menor. Los que eran ricos poseían rebaños y ganados, tierras de pan llevar y
de vino; los pobres tenían pequeñas haciendas propias, o trabajaban como
jornaleros en las de los ricos; pero en la costa estaba comenzando una vida
nueva y más activa. Allí encontró el griego primeramente al comerciante
fenicio (canaanita), de Tiro o de Sidón (mapa del Imperio Persa
y Grecia), que había empezado a traficar con tierras distantes, mientras
que los griegos sólo se ocupaban en la labranza. Los fenicios tuvieron un
alfabeto, y una escala de pesos y medidas, mucho antes que los griegos;
habían hecho muchos descubrimientos o los hablan tomado de otras naciones del
Oriente; habían aprendido a hacer un tinte de púrpura para las colgaduras y
para las vestiduras de los grandes hombres, sacándolo de una concha marina, y
a horadar las minas y a trabajar los metales. Cuando se abatieron los mejores
árboles del monte Líbano, y los fenicios tuvieron que ir a buscar maderas
para sus buques, encontraron abundancia de roble, pino y haya en las playas
del mar Egeo. Descubrieron que la raíz del roble griego podía servir para
curtir pieles, y sus frutas para hacer un tinte; y muchas veces en estas
mismas regiones montañosas encontraron cobre, hierro y plata. Por esta razón
los fenicios iban cada vez con más frecuencia a las costas de Grecia,
cargando sus buques de géneros hechos en Tiro o en Sidón, y cambiándolos por
madera o lanas que les daban los griegos, y aun por hombres y mujeres, a
quienes vendían como esclavos. Con el tiempo llegaron los griegos de la costa
a saber todo lo que los fenicios sabían; tomaron su alfabeto, sus pesos y sus
medidas, y construyeron buques como los que usaban los fenicios, y empezaron
a navegar por las costas. Al principio, cuando salieron a la mar, no fue
tanto para el comercio como para la piratería. Entonces no era crimen el ser
pirata. Una partida de hombres atrevidos botaban al mar un buque, y se iban
en él a lo largo de la costa para atacar al primer buque de comerciantes que
encontraran, o desembarcaban y saqueaban las aldeas de la costa. Los
habitantes de éstas, aterrorizados por los piratas, abandonaban muchas veces
sus antiguos hogares, y se establecían a alguna distancia tierra adentro.
6. POEMAS HOMÉRICOS
De los tiempos más remotos de la Grecia han llegado hasta
nosotros dos largos poemas, que los griegos creían haber sido escritos por un
solo poeta llamado Homero. Uno de ellos, titulado la Iliada nos
refiere las hazañas de los héroes del sitio de Troya o Ilion. Paris, hijo de Príamo, rey de Ilion, según las narraciones,
robó a Helena, mujer de Menelao, rey de Esparta; y para rescatarla se unieron
los griegos, sitiaron a Troya, y la tomaron después de diez años. El mayor
héroe entre los griegos de la Iliada es Aquiles; entre los troyanos, Héctor. El otro poema, llamado Odisea, trata de los viajes y aventuras de Odiseo (Ulises, rey de
Ítaca, el más sabio de todos los griegos), cuando regresaba a su patria
después de tomada Troya. La Iliada nos da una pintura del sistema de hacer la
guerra; la Odisea nos muestra la tranquila vida de la familia de Odiseo en su
país, y también nos habla de gentes y lugares maravillosos, tales como los
que pudieron ser asunto de las relaciones que traían a su país los primeros
navegantes griegos, o cuales hoy las leemos en los cuentos de hadas. Aunque
los poemas de Homero no relatan cosas realmente acaecidas, nos dan alguna
idea de la manera de que indispensablemente debieron vivir los griegos,
cuando se compusieron los dichos poemas. Cada región estaba gobernada por un
rey (βασιλεύς), que era al mismo tiempo sacerdote y encargado de los rezos y
sacrificios públicos. Al lado del rey había un número de jefes, llamados
también βασιλείς, a quienes el rey reunía en consejo (υβουλη), para pedirles
parecer en todo cuanto intentaba hacer. Cada jefe tenía derecho de expresar
su opinión; y aunque el rey no estaba obligado a seguirla, vemos ya cómo el
consejo de los jefes disminuiría ciertamente el poder del rey. Cuando el rey
se había resuelto a alguna cosa, reunía a todo el pueblo en la plaza del
mercado (άγορά), y le hacía saber lo que iba a hacer. Los jefes podían hablar
al pueblo cuando estaba así reunido, pero a ninguno del pueblo le era
permitido hablar, ni importaba absolutamente lo que el pueblo pensara. En los
poemas de Homero poco se aprende acerca del pueblo común; los jefes, y no el
pueblo, eran los que impedían que el rey fuese un gobernante absoluto. Cuando
uno del pueblo, Thersítes, dice lo que piensa, le pega duramente Odiseo y el
pueblo toma la parte de éste. De igual modo que las primeras edades de todas
las naciones, la edad homérica fue época de guerra y de violencia. Eran
comunes las expediciones piráticas y de saqueo, tanto por mar como por
tierra; los que no podían protegerse a sí propios estaban expuestos a que se
les llevaran sus propiedades, y a verse convertidos en esclavos. Se hacía la
guerra con mucha crueldad, y consideraríamos como excesivamente salvajes
algunas de las acciones de Aquiles, descritas en la Iliada. No se creía malo
el engaño, sino más bien se admiraba, si se hacia con talento. Por otra parte
hay muchas cualidades hermosas y delicadas en la edad homérica. Los miembros
de una familia se aman y respetan entre sí. Se manifiesta gran respeto a los
padres. Trata el marido a su esposa con más consideración que en la mayor
parte de los demás países, y que en la misma Grecia en tiempos posteriores.
Hay amistades profundas y fieles, y algunas veces verdadero afecto, aun entre
el dueño y su esclavo.
7.
PRIMEROS REINADOS. CRETA, TROYA
Muy poco sabemos de los acontecimientos de aquellos tiempos
primitivos. La historia propiamente dicha no llega tan atrás; y solo tenemos
narraciones sobre ellos que nos dicen muy poco que sea verdadero. Uno de los
grandes reyes de los cuentos es Minos, rey de Creta(mapa
de Grecia y las costas egeas). Minos, según creían los griegos, fue un rey poderoso y justo que
dominó en todos los mares e islas de Grecia, concluyó con los piratas y estableció
la paz y la seguridad. Creían que después de su muerte fue hecho juez de las
almas de los muertos, por haber gobernado con tanto energía y justicia. Lo
cierto es que no hubo en realidad rey ninguno en aquellos remotos tiempos que
tuviese un poder tan vasto como el que a Minos se le ha atribuido; pero acaso
es verdad que en Creta empezó
la vida marinera antes que en todo el resto de Grecia, y que los reyes
cretenses algo hicieron para contener la piratería. En la costa del Asia
Menor uno de los primeros reinos fue el de Troas, o tierra de Troya, en la
punta meridional del Helesponto, el que está más al sur de los dos estrechos
que unen el mar Negro con el Mediterráneo. Su castillo y su ciudad estaban
unas pocas millas tierra adentro, en el sitio donde empiezan las montañas a
levantarse. Los cuentos del sitio de Troya quizás no son más que hermosas
relaciones; pero no hay duda de que en los tiempos más remotos existió allí
una ciudad. No vayamos a creer que esas ciudades antiguas eran grandes como
lo son las de hoy. Eran poco más que aldeas cercadas por murallas.
8.
REYES EN EL PELOPONESO
Muchos cuentos hay acerca de las grandes familias que reinaron
en Tebas y en elPeloponeso (mapa de Grecia
meridional), y de sus guerras y desgracias. El mayor de todos los reyes en
dichos cuentos es Agamenón, rey de Micenas, a quien Homero
pinta como jefe de todos los griegos en el sitio de Troya. Ahora ya podemos
tener la completa seguridad de que en aquellos tiempos primitivos nunca
obraron los griegos unidos de la manera que Homero describe; sin embargo, sea
cualquiera la verdad que haya sobre Agamenón, hubo ciertamente reyes poderosos
en Micenas y
otros lugares de la Argólida, pues las murallas de sus castillos han llegado
hasta nuestros días. No están dichas murallas fabricadas del mismo modo que
fabricaron las suyas los griegos posteriores, sino que se componen de enormes
trozos de piedra, tan extraordinarios que los griegos creyeron que los
constructores debieron ser gigantes, y llamaron a aquellas construcciones ciclópeas, esto es, obra de cíclopes, o gigantes. En
Tiris, de la Argólida, hay murallas ciclópeas de veinte y cinco pies de
espesor, con un pasadizo dentro de ellas; y en Micenas hay
otras más cuidadosamente construidas, con dos grandes leones esculpidos en la
piedra sobre la puerta. No lejos de éstas hay un gran edificio subterráneo,
cuyo interior estuvo en un tiempo revestido de planchas de bronce. Fue este
edificio la tesorería y el sepulcro de los reyes.
9. LOS DORIOS ENTRAN EN EL PELOPONESO. COLONIAS EN ASIA
Aunque los reyes de la Argólida edificaron castillos tan
fuertes, fueron sus reinos derribados. Los dorios, tribu osada y guerrera, salieron
de su patria en la Grecia del Norte y se dirigieron hacia el Sur, en busca de
un país fértil. Entraron en el Peloponeso, y allí demostraron ser más fuertes
que los Aqueos y Jonios,
tribus que habitaban el país. Muchos de estos últimos no quisieron someterse
al gobierno de los dorios; se unieron a otros jonios que vivían en Ática, el
país donde estaba Atenas (mapa de Grecia
meridional), y se dirigieron al Asia Menor, donde se establecieron en la
parte central de la costa, y en las islas en frente de ella, y fundaron a
Mileto y Éfeso, y otras ciudades llamadas las colonias jónicas. Pretendía
Atenas ser la ciudad madre de las colonias jónicas, aunque muchas de éstas no
salieron de la Ática. También salieron del Peloponeso muchos aqueos, y se
hicieron casas en la isla de Lesbos, y en la parte Norte de la costa
occidental del Asia Menor. Las ciudades de esta región no se llamaron, sin
embargo, colonias aqueas, sino colonias cólicas. Asimismo muchos de los dorios, cuando oyeron hablar de hermosos
climas y fértiles terrenos al otro lado del mar, se embarcaron y
establecieron en Creta, y en la parte sur de la costa occidental del Asia
Menor. Las ciudades que fundaron se llamaron colonias dorias, y Rodas fue la más famosa de ellas. Así, pues, la llegada de
los dorios al
Peloponeso puso fin al poder de los reyes aqueos que Homero describe, y
produjo la fundación de grandes ciudades en el Asia Menor; pero no hay que
suponer que ni la conquista ni la emigración ocurrieron de una vez; quizás
una y otra se extendieron durante centenares de años.
10.
LOS DORIOS EN EL PELOPONESO
No eran los dorios bastante
numerosos para esparcirse por todo el Peloponeso. En la costa del Norte, en
las orillas del golfo de Corinto, dejaron en paz a los aqueos. Se llamó por
esta razón Acaya aquella región, que contenía doce ciudades. Tampoco
conquistaron losdorios el país montañoso de la Arcadia, que está en el centro del
Peloponeso. Arcadia siguió como estaba, y pasó por menos cambios que
cualquier otra región de Grecia, tanto que decir de la Arcadia, llegó
a significar rústico o a
la antigua. En la costa occidental, la Élida fue tomada por los Etolios,
otra tribu septentrional de Grecia. Del resto del Peloponeso se hicieron
dueños los dorios; y desde su invasión empieza la
historia real y dan fin los antiguos cuentos poéticos.
11. EJÉRCITOS Y ASAMBLEAS
Por ser muy pequeños los Estados griegos, no había en ellos una
clase distinta de ciudadanos que combatieran, como en nuestros ejércitos;
pero todo ciudadano de cierta edad tenía que servir de soldado cuando había
guerra. Otra consecuencia de la pequeñez de los Estados era que en cada uno
de ellos todos los ciudadanos a quienes se permitía tener participación en el
gobierno podían reunirse en un lugar. En uno de los grandes Estados modernos,
es imposible que en un sitio dado se reúnan todos los ciudadanos, y por eso
se forman circunscripciones o distritos que eligen sus representantes en las
cámaras. Se llama esto un gobierno representativo, y hace posible que un país
grande sea libre y esté bien gobernado. Lo contrario del gobierno
representativo es aquel en que todos los ciudadanos se reúnen efectivamente,
como en los Estados griegos; pero esto sólo es posible donde el Estado es muy
pequeño.
|
martes, 3 de septiembre de 2013
GRIEGOS Y FENICIOS
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario