martes, 3 de septiembre de 2013

Conceptualización originaria

Conceptualización originaria
1. La ruptura con el mito.- Ya se dijo que los mitos, en un momento dado, fueron insuficientes para explicar el mundo e incluso resultaban poco creíbles. La propia técnica que se manejaba hacia el s. VI adC en Grecia, necesitaba de elementos más tangibles que describieran la realidad en otros términos que no fueran narraciones sobre dioses, seres semimágicos, héroes o transmutaciones venidas de no se sabe dónde. Sin embargo, se infiere que el mundo es inteligible (entendible, captable, alcanzable) y se interpreta como naturaleza (physis) y, por tanto, como principio generador del que nace todo lo que percibimos. Y tal principio (arché) tiene una causa natural y no divina.
2. Los hombres que rompieron con el mito.- No se piense que, en la Historia de la Filosofía, todos los hombres cambiaron de modo de pensar automáticamente a partir de Tales de Mileto. Eso sería muy ingenuo y poco cercano a la verdad. En general, todos los hombres que participaron en los albores de la filosofía, eran aristócratas (algunos tenían lazos con la realeza), individuos cultos y muy versados en las ciencias de entonces. Solían dominar la escritura (aunque sabemos de ellos por un puñado de fragmentos y por otros filósofos recopiladores), las matemáticas, predecían eclipses, el Teorema de Pitágoras se debe a éste o a uno de sus discípulos, se enseñaban unos a otros (Tales a Anaximandro y éste a Anaxímenes, o Sócrates a Platón y éste a Aristóteles) fundando escuelas o academias y, casi todos, participaban en la vida pública y política de modo influyente. Precisamente, por sus ideas novedosas, muchos fueron perseguidos o desterrados. Piénsese en estos primeros filósofos como una élite crítica con el modo de pensar mítico y avezada en conocimientos científicos y técnicos de la época, pero que pertenecían a clases pudientes, con grandes propiedades y que mantenían esclavos. Es de este modo como podían viajar, tener contactos con los mejores intelectos de entonces, leer, experimentar, inventar, pensar en cómo organizar la polis y dedicarse a la especulación sobre el mundo y el hombre. Aún así, teniendo en cuenta las circunstancias que les tocó vivir, nada les resta mérito en su obra de cambiar el pensamiento.

3. El logos.- El significado del término tiene varias acepciones: estimación, aprecio, relación, proporción, medida, razón de ser, causa, explicación, frase, enunciado, definición, razonamiento o argumento. No obstante, para operar con el término en unas condiciones expositivas generales, logos se enfrenta a mito por cuanto este último se manifiesta en un lenguaje poético y literario (fantástico), con una retórica de tradición oral. En cambio, el logos lo hace en forma de un discurso calculado, razonado, justificado y por escrito. La forma discursiva se complementa con su fondo, pues el logos trata de encontrar el orden del mundo y de las cosas (el kósmos) en el mismo devenir natural del universo.

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