El Problema de la
Naturaleza en Platón y Aristóteles
El propósito de esta unidad es continuar el estudio de la physis en el pensamiento griego, pero ahora en el periodo clásico (siglo V y IV a.C), cuando la filosofía estaba presentada por Sócrates, Platón y Aristóteles.
Teoría Platónica
La Filosofía de Platón
Su obra filosófica se considera un sistema, debido a que el mismo tema se expuso en varios lugares y, con frecuencia, con variantes muy significativos. Se afirma que el pensamiento de Platón tiene un dinamismo preocupado solo por avanzar, sin importarle la sistematicidad ni la coherencia.
En la filosofía platónica tenemos tres principales postulados básicos, los cuales son;
“Desconfianza de los sentidos” porque estos solo nos ponen en contacto con lo que es momentáneo, ya que constantemente deja de ser.
“Confianza en la razón” puesto que ella si nos permite acercarnos a objetos inmutables.
“Necesidad de un mundo ideal” Ya que en el estaría todo lo que da sentido a esta parte sensible de la realidad.
El ser y el movimiento de los seres.
Platón, en le dialogo Cratilo o de los nombres, después del análisis de la relación entro los nombres y las cosas, advirtió que no siempre hay correspondencia estos dos elementos y, entonces, se preguntó: si no es por medio de los nombres
¿Cuál será el método apropiado para llegar a conocer las cosas?
Para conocer el ser de la cosas hay que ir a ellas y estudiarlas.
Platón apoyándose en lo segundo, infirió en lo siguiente : o no conocemos al ser de las cosas, o bien, si tenemos algún conocimiento de ese ser, necesitamos suponerlo inmutable y permanente. En otras palabras, para que haya ciencia es necesario reconocer la existencia de seres inmutables y permanentes.
Platón decidió reconocer dos tipos de seres; los cambiantes, denunciados por los sentidos; los inmutables, descubiertos por la razón. El ser de estos últimos es el ser autentico; el ser de los cambiantes, por el contrario, es un ser relativo
El propósito de esta unidad es continuar el estudio de la physis en el pensamiento griego, pero ahora en el periodo clásico (siglo V y IV a.C), cuando la filosofía estaba presentada por Sócrates, Platón y Aristóteles.
Teoría Platónica
La Filosofía de Platón
Su obra filosófica se considera un sistema, debido a que el mismo tema se expuso en varios lugares y, con frecuencia, con variantes muy significativos. Se afirma que el pensamiento de Platón tiene un dinamismo preocupado solo por avanzar, sin importarle la sistematicidad ni la coherencia.
En la filosofía platónica tenemos tres principales postulados básicos, los cuales son;
“Desconfianza de los sentidos” porque estos solo nos ponen en contacto con lo que es momentáneo, ya que constantemente deja de ser.
“Confianza en la razón” puesto que ella si nos permite acercarnos a objetos inmutables.
“Necesidad de un mundo ideal” Ya que en el estaría todo lo que da sentido a esta parte sensible de la realidad.
El ser y el movimiento de los seres.
Platón, en le dialogo Cratilo o de los nombres, después del análisis de la relación entro los nombres y las cosas, advirtió que no siempre hay correspondencia estos dos elementos y, entonces, se preguntó: si no es por medio de los nombres
¿Cuál será el método apropiado para llegar a conocer las cosas?
Para conocer el ser de la cosas hay que ir a ellas y estudiarlas.
Platón apoyándose en lo segundo, infirió en lo siguiente : o no conocemos al ser de las cosas, o bien, si tenemos algún conocimiento de ese ser, necesitamos suponerlo inmutable y permanente. En otras palabras, para que haya ciencia es necesario reconocer la existencia de seres inmutables y permanentes.
Platón decidió reconocer dos tipos de seres; los cambiantes, denunciados por los sentidos; los inmutables, descubiertos por la razón. El ser de estos últimos es el ser autentico; el ser de los cambiantes, por el contrario, es un ser relativo
I.2. PLATÓN Y ARISTÓTELES
Aristóteles
fue el primero en señalar que el estudio de las causas de los fenómenos se
había iniciado con Tales de Mileto, de quien se sabe que estaba vivo en el año
585 a.C. El fenómeno general que Tales y otros filósofos presocráticos
intentaban explicar era la existencia del cambio continuo en las apariencias
frente a la preservación de la naturaleza; para ello propusieron que el mundo
está formado por un sustrato invariante que adopta diferentes formas. Tales
dijo que ese sustrato era el agua, Anaxímenes que era el aire, Anaximandro que
era el apeiron o éter. En cambio, Platón inventó su
teoría de las ideas, entes universales, perfectas y con existencia verdadera
(objetiva), de las que los hechos y objetos reales y materiales no son sino
ejemplos imperfectos. Además, Platón señaló que cuando adquirimos nuevos
conocimientos, lo que realmente hacemos es aumentar nuestra comprensión de esas
ideas: no se trata de conocimientos incorporados por medio de nuestros órganos
de los sentidos (o sea, conocimientos de las apariencias), que Platón
consideraba como engañosos e ilusorios, sino de acercarse más al mundo de las
ideas por medio del intelecto, donde quiera que ese mundo se encuentre.
Platón (430?-347 a.C.)
Para
alcanzar el conocimiento, Platón mostró varios procedimientos a lo largo de sus
distintos diálogos. Por ejemplo, la fórmula para comprender la idea de la
belleza se encuentra en el Simposio, y consiste en empezar contemplando un
objeto que todos consideren bello (el objeto que escogió Platón como ejemplo de
algo que todos en su sociedad consideraban bello
es interesante: un esclavo jovencito y hermoso), después se reúne un grupo de
tales jovencitos y se trata de identificar el patrón común de su belleza, de
ahí se pasa a examinar la belleza propia del proceso mismo de aprendizaje,
después la del aumento en el conocimiento, de ahí la de la generalidad de las
leyes, y así sucesivamente, hasta al final alcanzar la idea misma de la
belleza. En cambio, en otro diálogo, el Menon, Platón (por medio de su representante
Sócrates) sugiere que el conocimiento de las ideas es realmente un
reconocimiento, en vista de que ya las conocíamos en alguna encarnación
anterior, o sea que se propone la existencia de ideas o conocimientos a priori. Naturalmente, me refiero a la famosa
conversación entre Sócrates y el esclavo, en que el filósofo (después de muchos
trabajos) logra finalmente sacarle a su interlocutor un teorema matemático que
nunca antes había aprendido o escuchado, generando al mismo tiempo la palabra educación, que viene del latín educare,que literalmente
significa "sacar, extirpar".
Sin embargo, es en la República donde Platón (siempre disfrazado
de Sócrates) presenta su concepto más desarrollado sobre la forma de ganar
acceso al mundo de las ideas, y por lo tanto al conocimiento. Aquí su
interlocutor es Glaucón, un hermano mayor de Platón y estudiante de filosofía,
con el que Sócrates ensaya sus tres modelos clásicos, el sol, la línea y la
cueva. Un breve resumen de los dos últimos nos servirá para examinar las
diferencias entre el mundo sensible y el mundo inteligible, entre las meras
opiniones y el conocimiento científico y filosófico, y entre los cuatro estados
mentales designados por Platón como ilusión (eikasia),
creencia (pistis), razón (dianoia) y pensamiento puro(episteme).
Las divisiones de la línea platónica
La
línea vertical AE tiene una división mayor que la separa
en dos mitades, AC y CE, cada una de ellas a su vez
divididas en otras dos mitades: AC
= AB + BC; CE = CD + DE. Pero
la línea AE también separa dos compartimientos
laterales, uno derecho (que es el lado ontológico) y otro izquierdo (que es el
lado epistemológico). La división mayor de la líneaAE separa, en el compartimiento derecho,
un campo inferior (AC) que corresponde a la mera opinión o doxa, y un campo superior (CE) que es el del conocimiento o episteme. El campo inferior AC está a su vez formado por dos
componentes, uno inferior (AB),
constituido por imágenes o réplicas de los objetos reales, en forma de sombras,
modelos o imágenes, y otro superior (BC), que es el de los objetos mismos.
El campo superior CEtambién
está integrado por dos espacios, uno inferior (CD) que corresponde al mundo de los
matemáticos y geómetras, y otro superior (DE) en donde se encuentran las ideas. Para
Platón, el ámbito del filósofo es el espacio DE, pero para alcanzarlo primero deben
recorrerse las distancias AB,
BC y CD: este último espacio (CD) siempre contó con el interés especial
de Platón, pero al mismo tiempo postuló que no se trataba de un mundo perfecto,
en vista de que sus deducciones provenían de postulados o axiomas primarios, o
sea no justificados sino simplemente aceptados como verdades iniciales o
incontestables. No importaba que los geómetras hicieran modelos (casi)
perfectos de sus teoremas, o que los matemáticos presentaran pruebas (casi)
inexpugnables de sus demostraciones; todas ellas estaban manchadas por el
pecado original de la falta de justificación racional de sus orígenes. Para
pasar del espacio de los matemáticos y geómetras al mundo perfecto de las ideas (DE), Platón propuso un método, la dialéctica,que simplemente
consiste en la discusión racional de la definición de un concepto entre
individuos versados en el asunto, hasta que finalmente se llega a un consenso.
Aunque esto puede decirse (y se ha dicho, sobre todo por Hegel) de varias
maneras mucho más grandiosas y complicadas, en realidad eso es a lo que la
dialéctica se reduce en última instancia.
El símil o modelo de la cueva es probablemente la alegoría más
famosa en toda la historia de la filosofía occidental. Platón la introdujo para
ampliar sus conceptos sobre las distintas formas o etapas del conocimiento, que
ya había ilustrado con el esquema de la línea resumido arriba. Siempre por boca
de Sócrates, dialogando con Glaucón, Platón describe su alegoría de la cueva
como sigue:
—Te invito a
que ahora consideres la cultura o la ignorancia de nuestra condición humana más
o menos de la manera siguiente. Imagina una cámara subterránea como una cueva
con una entrada ampliamente abierta a la luz del día y tan ancha como la
misma cueva. En esta cueva viven prisioneros desde niños unos hombres, con
las piernas y el cuello atados de tal forma que sólo pueden mirar de frente y
sin voltear a los lados. Detrás, a cierta distancia y por arriba de ellos,
arde una fogata, y entre el fuego y los prisioneros hay un camino elevado al
que atraviesa una tapia, construida como las mamparas que los titiriteros
colocan entre ellos y el público y por encima de las cuales exhiben a sus
muñecos.
|
—Ya veo.
|
—Imagínate
ahora que unos hombres transportan toda clase de utensilios por detrás de la
tapia, proyectando por encima de ella figuras de hombres y animales hechas de
madera y piedra y de otros tipos de materiales; como podría esperarse,
algunos de estos hombres estarán hablando y otros no.
|
—Una imagen
extraña y un tipo extraño de prisioneros.
|
—Son como
nosotros —le dije— porque ¿piensas que serían capaces de ver alguna otra cosa
aparte de las sombras proyectadas por el fuego en la pared de la caverna que
tienen enfrente?
|
—¿Cómo podrían
hacerlo si se les ha impedido que muevan la cabeza durante toda su vida?
|
—¿Y podrían
ver algo más de los objetos que están siendo transportados por el camino?
|
—Naturalmente
que no.
|
—Por lo tanto,
si fueran capaces de hablar entre sí, ¿no supondrían que las sombras que ven
son las cosas reales?
|
—Inevitablemente.
|
El
diálogo entre Sócrates y Glaucón continúa con la descripción de lo que ocurre
cuando uno de estos desdichados prisioneros se libera de sus cadenas y logra
voltear la cabeza, mirar directamente a los cargadores y a sus objetos,
contemplar el fuego, y hasta salir de la cueva y ver directamente la luz del
sol. Pero ya no lo seguiremos en su viaje de liberación, ni tampoco en su
regreso a la profundidad de la cueva, porque Platón ya nos ha presentado el
concepto relevante a nuestro interés en estas páginas. No cabe duda que la
cueva corresponde al segmento AC de la línea, o sea al mundo visible en
general, el de la mera opinión (doxa), que posee un nivel inferior del
conocimiento, caracterizado por Platón no como ignorante sino como inculto; en
este segmento el hombre confunde a la realidad con sus sombras; en cambio, el
mundo exterior, al que finalmente llega el prisionero que logró evadirse de la
cueva, es el equivalente al segmento CE de la línea, o sea el mundo del
verdadero saber, del conocimiento pleno y absoluto, o sea el mundo de las ideas.
En este último compartimiento se alcanza, según Platón, la visión inteligible
de la idea del bien.
En
realidad, Platón veía con cierto desprecio el estudio de la realidad, de los
fenómenos de la naturaleza. Lo que el filósofo debía hacer era intentar llegar
al mundo de las ideas, en donde todo es perfección absoluta. De acuerdo con
Cornford, Sócrates logró cambiar el rumbo de la filosofía de sus predecesores y
contemporáneos, que hasta su tiempo estuvo orientada al estudio y la
comprensión de la naturaleza, por un interés primario en el individuo y en su
alma. Como veremos a lo largo de estas páginas, el racionalismo y el
subjetivismo son las dos caras de la misma moneda, acuñada originalmente para
la cultura occidental por Platón. Aristóteles, que fue su discípulo desde los
17 años de edad, inició sus trabajos bajo la influencia de la teoría de las
ideas pero posteriormente se apartó de ella; incluso se ha dicho que buena
parte de sus escritos tienen como objetivo combatir esa teoría, aunque Dühring
insiste en que Aristóteles nunca se libró de la influencia de Platón.
Aristóteles contribuyó de manera enorme a la teoría del conocimiento, no sólo
por sus escritos sino por su influencia en los pensadores medievales, para
quienes su opinión sirvió casi siempre de punto de partida y no pocas veces de
árbitro de la verdad. Para nuestro objetivo, conviene resumir las principales
ideas aristotélicas sobre el método científico en las siguientes cuatro: 1) teoría del silogismo; 2) teoría de las definiciones; 3) el método inductivo-deductivo; 4) teoría de la causalidad.
1)Teoría del silogismo. De acuerdo con Aristóteles, los mismos principios generales de
razonamiento rigen en todas las ciencias, entre las que incluía la política, la
ética y la estética. Estos principios, que aparecen por primera vez en la Primera analítica, fueron inventados por Aristóteles y se
refieren a las distintas formas que pueden tomar las proposiciones y las cuáles
son válidas o inválidas. Como todos sabemos, los silogismos consisten de dos premisas
y una conclusión, unidas en forma de inferencia o de implicación; así, el más
famoso de todos los silogismos se puede expresar de las siguientes dos maneras:
Inferencia
|
Implicación
|
Todos
los hombres son mortales.
|
Si todos
los hombres son mortales.
|
Sócrates
es un hombre.
|
y Sócrates
es un hombre,
|
Por
lo tanto, Sócrates es mortal.
|
entonces Sócrates es mortal.
|
Éste no es el sitio para
repasar la compleja estructura de los diferentes silogismos, sino para señalar
que se trata de instrumentos poderosos para examinar el razonamiento
científico; no nos dicen nada, ni están diseñados para hacerlo, sobre el
contenido de verdad de las premisas, sino que se trata de simples reglas de
lógica para usarse una vez que las premisas se han alcanzado. Para esto último
Aristóteles propuso su teoría de las definiciones o de la esencia.
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